Se acabó la espera, familia boyacense dio cristiana sepultura a joven que permaneció 21 años desaparecida
La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) encontró entre miles de expedientes del Estado a una joven que fue dada desaparecida en 2001 en la provincia La Libertad, Boyacá, luego de ser reclutadailegalmente por un grupo al margen de la ley en 1998, cuando tenía 17 años. Después de 21 años de incertidumbre, en coordinacióncon la Fiscalía General de la Nación, sus familiares recibieron dignamente su cuerpo.
En una ceremonia solemne, llevada a cabo en Boyacá, sus seres queridos recordaron que Paola* – conocida por su personalidad alegre, juguetona y extrovertida- fue desaparecida de la finca en la que vivían y, desde ese momento, rondaron las preguntas sobre lo que le había ocurrido, si estaba con vida o no y en dónde se hallaba.
La Unidad de Búsqueda les contó que para encontrarla comparó y analizó la informaciónde miles de necropsias practicadas a cuerpos no identificados y halló coincidencias en dos de ellas. Como si se tratara de un rompecabezas, la UBPD -a través del Proyecto de Impulso a la Identificación- trazó la ruta que le permitió identificar el cuerpo de Paola.
Una búsqueda milimétrica
En esa investigación se pudo establecer que en 2003, durante un enfrentamiento entre las Farc-Ep-grupo armado que la reclutó- y el Ejército, Paola falleció junto a otras 15 personas: siete mujeres, tres de ellas menores de edad. Los cuerpos fueron sometidos a necropsias e inhumados como no identificados en el antiguo cementerio de Yopal.
A partir de la información recabada, la Unidad de Búsqueda estableció que la Fiscalía hizo en 2003 el levantamiento de los cuerpos de las personas fallecidas -incluido el de Paola- y los entregó al Instituto Nacional de Medicina Legal, en donde les practicaronlas necropsias médico-legales. También encontró y analizó formatos de cuerpos no identificados, fotografías, muestras de necrodactilia y cartas dentales.
En ese rastreo, la UBPD halló que siete años después, en 2010, los cuerpos fueronexhumados por la Fiscalía y trasladados a Bogotá, debido a que el antiguo cementerio de Yopal iba a convertirse en un parque público y, por lo tanto, existía el riesgo de que con estas modificaciones las estructuras óseas desaparecieran. La Unidad de Búsqueda encontró que el Instituto de Medicina Legal les practicó nuevas necropsias a los cuerpos y que las cargó en el Sirdec**, una plataforma creada en 2007 para sistematizar lainformación de cuerpos sometidos a necropsias y registrar los procedimientos realizados.
Aunque hasta ese momento la UBPD no tenía hipótesis de identidad, encontró similitudes entre dos necropsias, una de 2003 y otra de 2010: ambas hacían referencia a un cuerpo de sexo femenino, de 1,56 metros de altura aproximada y de unos 19 años. A partir del análisis de odontología forense, la información relacionada con el estado de la dentadura de la víctima también coincidía.
El contacto de la UBPD con los familiares de Paola
Al avanzar en su investigación, también encontró entre los expedientes que una persona que conoció a Paola en las filas del grupo armado se acercó a la Fiscalía en 2015 y aportó información sobre ella. Esta denuncia permitió que la Fiscalía tomara muestras biológicas a dos de los hermanos de Paola, pero el resultado marcó un “mínimo de compatibilidad” y, por lo tanto, no fue suficiente para poder aproximar la identidad. De esta forma, el proceso de identificación fue archivado y el caso se cerró bajo el rótulo de “Información insuficiente’’.
Así, a partir de la documentación de la Fiscalía sobre la familia de Paola, la Unidad de Búsqueda la contactó en la provincia La Libertad, en Boyacá, e inició un proceso de construcción de confianza. “Queremos hacer la búsqueda con ustedes por lo de la confidencialidad”, indicó uno de sus hermanos. Ellos dieron más información sobre Paola: entre otras señales particulares, las características de su dentadura y los tratamientos odontológicos a los que había sido sometida, así como los tatuajes y la cicatriz que tenía producto de una cirugía.
Este análisis detallado, en el que fue determinante el diagnóstico de odontología forense sumado a la investigación extrajudicial de contexto, le permitió a la Unidad de Búsquedaconcluir que el cuerpo al que hacían referencia las dos necropsias coincidentes corresponde al de Paola, reclutada y desaparecida hace 21 años.
“Gracias a Dios ya la trajimos a nuestro municipio, donde ella nació y creció. Al menos tenemos el orgullo de que ella se quedó en el camposanto donde están nuestros padres. Ellos fallecieron del afán de saber que ella estaba muerta; no tuvieron corazón de aguantar sino como un año”, dijo una hermana de Paola durante la ceremonia de entrega digna.
El Proyecto Impulso de la Unidad de Búsqueda
El “Proyecto de impulso al proceso de identificación de los cadáveres en condición de no identificados en Colombia’’, de la Unidad de Búsqueda, se emprende en 2019 con el objetivo de establecer cuáles de los más de 25.000 cuerpos no identificados por el Instituto Nacional de Medicina Legal podrían corresponder a personas desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado.
Por ello, sistematiza o registra en el sistema información de cuerpos sin identificar y que han entrado al sistema médico legal, para posteriormente establecer acciones que en su momento no fueron realizadas, pero que ahora podrían permitir la identificación.
A la fecha, la Unidad de Búsqueda ha cargado en el sistema 33.257 expedientes, de los cuales 19.639 son nuevos en el Sirdec y 13.618 es información que se ha completado con datos relevantes relacionados a los cuerpos no identificados.