Impuesto busca desincentivar el consumo de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados
- Productos fabricados a base de leche (excepto el arequipe).
- Embutidos (excepto salchichón, mortadela y butifarra).
- Artículos de confitería y que contengan cacao.
- Mezclas y pastas para panadería.
- Productos a base de cereales como hojuelas o copos de maíz.
- Frituras como papas, chitos y otros.
- Productos de panadería y galletería, (excepto en tiendas pequeñas).
- Confituras, jaleas, mermeladas, purés y pastas de frutas.
- Helados.
En algunos casos, el gravamen significará $100, $200 o hasta $500.
Por el lado de las bebidas azucaradas están gravados:
- Yogurt, cuajadas y otros similares.
- Extracto de maltas.
- Jugos de frutas.
- Agua mineral o con gas, si tienen azúcar o edulcorantes.
En este caso, el impuesto depende de la cantidad de azúcar que contengan y también hay una tabla progresiva.
Para 2024, el recaudo se calcula en $1.6 billones de pesos por el impuesto a los ultraprocesados y de $1.17 billones por el gravamen a las bebidas azucaradas.
Para la representante Jessica Hoyos, el impuesto será progresivo, para lo que queda del año 2023 serán del 10%, para el año 2024 subirá al 15%, y en el año 2025 llegará al 20%, todo esto buscando desincentivar el consumo de estos alimentos que según estudios nacionales e internacionales y de altos académicos lo único que está generando es graves enfermedades, problemas para los ciudadanos y grandes costos para el Estado.
«Este es un gran paso para educar a los consumidores alrededor de cuáles son los productos con nutrientes que debemos consumir, acá hay que dejar claro diferencias, por ejemplo en el tema del bocadillo, que no tendría un impuesto porque es un producto artesanal y que no tiene los niveles de azúcar por los cuales hoy se está imponiendo el impuesto, el otro caso es el tema del pan, hay un pan de masa madre el de panadería, el que consumimos todos los días que no tendría un impuesto porque es un pan que inmediatamente se elabora inmediatamente se consume a diferencia del pan empacado que encontramos en los supermercados que ya tiene altos niveles de azúcar, tiene conservantes y que puede llevar semanas en el supermercado, ese pan dependiendo de su nivel de azúcar y de conservantes si tendría el impuesto», señaló.
Eso señalan los expertos, pero por otro lado están las clases bajas, los estratos bajos que han referenciado que esto es un golpe al bolsillo de los consumidores, pues son los estratos más bajos los que más consumen los productos que podríamos decir están en la canasta familiar y que hoy quedarán gravados con este impuesto saludable.